Pero tras la Copa, regresa el vacío. A Iker se le ha terminado lo del partido por semana y, en el mejor de los casos, le quedan ocho partidos hasta el final de temporada: siete de Champions si el Madrid llega hasta el último duelo y la final de Copa. Ocho encuentros sin red en los que el portero se jugará la titularidad en el Mundial.
No hay duda de que Casillas tiene difícil ser el portero titular en Brasil, pero las pocas aspiraciones que tiene pasan por la Champions. Si el Madrid llega a la final, Iker jugaría dos partidos en marzo, cinco en abril y aseguraría su presencia bajo palos hasta el 24 de mayo, fecha de la final de Lisboa. Pero una eliminación le condenaría a decir adiós a la temporada de manera inmediata.
Si el K.O. se produjera ante el Schalke, Casillas dejaría de jugar el 18 de marzo y solo tendría la final de Copa en el horizonte. Si cayera en cuartos de final, el 9 de abril se quedaría sin la Champions. Y una caída en semifinales, el menor de los males para Iker, le tendría activo hasta el 3 de abril.
Con este calendario en la cabeza, y con la Décima como obsesión, Casillas afronta los próximos tres meses. "Ya tenemos que olvidarnos de la Copa hasta la final y centrarnos en la Champions y en la Liga", decía Casillas tras lograr la clasificación ante el Atlético, consciente, eso sí, de que salvo lesión o sanción de Diego López no va a jugar ningún partido en el campeonato doméstico.
Pese a todo, Iker ha recuperado la ilusión con esta Copa del Rey en la que no ha encajado ningún gol y espera trasladar su espectacular racha a la Liga de Campeones. El portero suma 862 minutos seguidos sin encajar un gol, pero espera dejar mucho más arriba su récord de imbatibilidad, que será también el del Real Madrid.
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