El principal responsable era el dueño de un centro ecuestre en esta localidad de la comarca de la Sierra de Cazorla, pero la Guardia Civil comprobó que no pudo acreditar documentación alguna de los équidos, tanto de los ya enterrados como de los que se encontraban en estado crítico en el interior de una cuadra. Los animales carecían del microchip reglamentario y no estaban inscritos en el registro oficial de la Junta de Andalucía. Los agentes que lo detuvieron sospechan que el dueño de este picadero empezó a criar los animales sin darlos de alta y, cuando no ha podido asumir su mantenimiento, empezó a deshacerse de ellos y a abandonarlos.
El detenido está acusado de un delito de maltrato animal, pues además de los 12 animales muertos y enterrados la Guardia Civil encontró otra docena de ellos a punto de morir por desnutrición, encerrados en una cuadra llena de orines y sin alimentación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario